“LIMITES DE LA FLAGRANCIA Y CUASIFLAGRANCIA”

INTRODUCCIÓN. El ser humano, común a los demás hombres, pero diferente a todos por revestir una personalidad autónoma que lo hace único, requiere de libertad en el pensar y en el actuar. Como limitante a esa libertad existe la heteronimia del derecho, que fue creado para servir al hombre a través del conjunto de normas que dirigen su vida en beneficio de los demás. Filosófica y jurídicamente el hombre aprecia su libertad, incluso para algunos, sin ésta no es posible concebir la vida misma. Luego, restringir la libertad de los hombres debe sustentarse en bases emanadas por el legislador en las que se pondere la conducta de aquellos hombres que merezcan perder ese bien preciado. El artículo 16 constitucional establece las hipótesis en las que es legal la afectación a la libertad personal: (1) por orden de aprehensión; (2) tratándose de delito flagrante, y (3) caso urgente; cuando se trate de delitos graves y no pueda ocurrirse ante la autoridad judicial, entonces el Ministerio Público podrá ordenar la detención del indiciado. Aun en estos supuestos, la afectación que realice el Estado a un bien tan preciado de los gobernados como lo es la libertad, debe darse en estricto respeto a las garantías individuales. Precisamente dejándome llevar por los caminos trazados a través de la constante inquietud de quienes resguardan nuestra seguridad, he caído en un tema que en particular considero resulta de suma importancia para la formación de quienes están en cargados de resguardar el orden y la paz en nuestra sociedad ; me refiero entonces a las detenciones y con ello a la posibilidad de practicarlas de manera conciliada con el marco legal, pero también por desgracia estando de por medio la trasgresión de la norma como ocurre en muchos casos. En el contexto sobresale la figura jurídica denominada flagrancia y los elementos que la componen, extrañando, por considerar que debería existir, el término que se tiene a partir de la comisión de un acto delictuoso para lograr la detención del presunto responsable de manera flagrante. La importancia a que me refiero radica principalmente en el hecho de que al hacer uso de esta figura jurídica en el a aseguramiento de una persona, siempre que se den requisitos necesarios para considerar que existe dicha flagrancia, significa para la autoridad responsable de dicho auto el cumplimiento de un deber legal, pues incluso una desatención en ese sentido, podría hacerle merecedor de una sanción de carácter administrativo e incluso penal. Para quienes hemos tenido la oportunidad de estudiar leyes, tenemos claro que ante la comisión de un ilícito se presentan diversos tiempos, entre los cuales encontramos de inicio aquel que le antecede de manera inmediata a la conducta antisocial, también denominado tentativa, una segunda oportunidad que nos da la flagrancia se manifiesta en el instante mismo que se ésta concretando el acto o la omisión reprobada por la ley penal en términos coloquiales esto significa sorprender con las manos en la masa pero también existe lo que técnicamente denominamos cuasiflagrancia, la cual es interpretada como la persecución material de quien es presunto responsable o bien su intercepción por otros medios como puede ser la conjugación de dos factores , siendo el primero que alguien lo señale como responsable de haber cometido el ilícito y el segundo puede ser el encontrarle en posesión de objetos obtenidos con motivo del delito cometido o de instrumentos con los cuales se apoyó para concretar la conducta tipificada como delito o bien, cualquier huella o indicio que haga presumir su intervención en el hecho delictuoso